Muchas son las mujeres que, por razones distintas, no saben cuáles son las zonas erógenas de su cuerpo. La verdad, generalmente ellas disfrutan de ser acariciadas en toda la extensión de su cuerpo, sobre todo cuando dichas caricias son deliberadamente lentas y eróticas, algo que enciende y despierta progresivamente todas sus partes corporales. Sin embargo, sí existen unas zonas erógenas femeninas concretas, que durante el masaje erótico deben ser estimuladas para así alcanzar el máximo placer y la máxima satisfacción.
Así pues, ¿cuáles son las zonas erógenas principales de la mujer?
- El rostro: el rostro de las mujeres es especialmente sensible al tacto y a las caricias más tiernas y sensuales. Aunque también es una importante fuente de erotismo, es principalmente una zona de relajación, que permite establecer un vínculo de confianza con la mujer y llenar su cuerpo de tranquilidad y armonía.
- El cuello: es la clásica zona erógena de las mujeres, que son especialmente sensibles al tacto y a las caricias continuadas. La estimulación del cuello, sobre todo a través de un movimiento entre suave y salvaje, despierta sensaciones eróticas muy profundas en la mayoría de mujeres.
- Las manos: en toda su extensión, las manos son un centro lleno de terminaciones nerviosas, el perfecto blanco para recibir caricias. Un trabajo de contacto extenso en esa zona contribuye a elevar el nivel de excitación de la mujer, que cada vez es más y más alto.
- Las orejas: a muchas mujeres, así como a muchos hombres, les apasionan las caricias en las orejas. La verdad, son una zona que aumenta las ganas de recibir un masaje erótico, que potencia la sensualidad y que incrementa el deseo. A través de caricias suaves y demás técnicas, la sed de erotismo va a acelerar la mujer.
- La cintura, las caderas y el abdomen: deslizar las manos lentamente por su cintura, dibujando sus caderas hasta llegar en el abdomen es uno de los recorridos más deseados de las mujeres cuando reciben un masaje erótico. Las caricias en esa zona aceleran su cuerpo, convirtiendo el ambiente en algo cálido y caldeado.
- La espalda: ¿a qué mujer no le gusta que le acaricien y masajeen la espalda? El secreto de esta zona está en acariciar siguiendo un orden, desde la nunca hasta la entrada de los glúteos. La lentitud y la suavidad, apenas rozando la piel, harán que la mujer disfrute al máximo del masaje erótico.
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