La ducha es algo que todos tenemos a nuestra disposición y es un buen aliado para proporcionarnos relajación y placer. Te contamos todo lo que tienes que saber sobre ello.
El hidromasaje es una técnica terapéutica que utiliza el agua y los chorros presurizados para ayudar a masajear los músculos y otros tejidos blandos del cuerpo. En ocasiones, a este método también se le llama hidroterapia, terapia de agua o aquaterapia. Mientras que la comunidad científica ha demostrado que es una manera efectiva de aliviar el dolor y las agujetas relacionadas con el ejercicio, al igual que con otras condiciones médicas, también hay algunos riesgos o efectos secundarios de utilizar esta terapia, que puede no ser para todo el mundo.
¿Cómo funciona el hidromasaje?
El uso de hidroterapia se remonta a la antigua Grecia y las civilizaciones romanas, cuando esta práctica estaba principalmente basada en las oportunidades de relajación que ofrecían en cada uno de los baños públicos, en agua caliente o agua fría. Y es que, aunque el ejercicio en agua y el bañarse también son consideradas técnicas hidroterapéuticas, el hidromasaje hoy en día ha evolucionado bastante gracias a la tecnología.
Pero que no se nos olvide que también existe aquello que llamamos hidroterapia “seca” que utiliza una camilla similar a las que se utiliza en la terapia de masajes tradicional. En vez de estar sumergidos en agua, la camilla en sí tiene un colchón relleno de agua y chorros que te ayudan a sentir el calor y la presión de estos como si de verdad estuvieran mojándote por completo. Además este tipo de camas de hidromasaje también cuentan con un termostato que te ayuda a controlar la temperatura.
Los beneficios del hidromasaje
El hidromasaje ofrece en su mayoría los beneficios que se asocian con una terapia de masaje normal, con el extra del agua. Mientras que los estudios todavía están por determinar que este tipo de práctica sea adecuada para todo el mundo, los beneficios probados son los siguientes:
Relajación y una mejora del humor
Quizás uno de los beneficios más famosos de la terapia de hidromasaje es la sensación de relajación, en todas sus formas. En algunos casos, puede ayudar a aliviar los síntomas del estrés y la ansiedad que son tan comunes y que vamos acumulando en nuestro día a día. Además los estudios demuestran, también, que a la gente afectada de artritis y reuma les ayuda este tipo de terapia reduciendo considerablemente el dolor por su condición.
Vale, ¿pero qué hay del hidromasaje erótico?
Cuando hablamos de sexo, casi todos los lugares que se nos ocurren nos resultan divertidos y os animamos a aventuraros y encontrar rincones para subir el tono. En el caso de la ducha o la bañera con hidromasaje, debéis saber primero que mantener relaciones sexuales en una superficie resbaladiza, tiene sus riesgos en determinadas posiciones. Por eso, desde Shiva queremos explicaros la mejor forma llevar a cabo desde el acto sexual, hasta un masaje erótico, sin que nadie salga perjudicado.
Mejorar la estabilidad
Uno de los mayores riesgos cuando están en la ducha, es resbalarse. Para reducir este riesgo podéis conseguir pegatinas anti-deslizamiento y pegarlas al suelo de la ducha. Si no es posible, procurad mantener una postura erguida que no desplace mucho vuestro centro de gravedad, ni el de la persona con la que estáis pasando un buen rato. En caso de que el masaje se esté realizando en un jacuzzi o en una bañera la mejor opción será siempre sentarse en el suelo de esta o habilitar unos asientos para hacer todo muchísimo más cómodo. Procura además que el espacio sea cómodo y prepara el ambiente previamente para llevarlo todo al siguiente nivel.
Usa lubricante
La ducha es fantástica y relajante pero el agua actúa en tu piel reduciendo la lubricación natural de tus zonas erógenas. Un lubricante con base de silicona será muchísimo más adecuado en esta ocasión ya que reducirá la incómoda fricción y te permitirá mantenerte húmedo y lubricado para disfrutar todavía más del acto. Una mala lubricación durante este tipo de relaciones puede derivar en quemaduras por fricción que no queremos, ni ver, ni sentir.
Acompañalo de otros juguetes
Cuando estás en un espacio reducido como es una ducha y tu capacidad de movimiento es reducida. Las cosas se pueden enfriar rápido. En vez de arriesgarte a probar posiciones más complicadas, es el momento perfecto para sacar del armario aquel juguete sexual que nunca habéis utilizado juntos. Este tipo de juguetes no solo ayudará a proporcionaros el máximo placer posible, sino que además darán un punto extra erótico y relajante al tiempo que estés en la ducha.
Si no tienes este tipo de juguetes a tu alcance, te contamos un secreto: la alcachofa de la ducha. Con ella se puede aplicar la presión del agua en las zonas erógenas directamente haciendo del paso por esta un recuerdo inolvidable.
Si en tu casa no tienes una bañera, una ducha con hidromasaje o un jacuzzi, aprovecha tu estancia en hoteles para satisfacer esas fantasías. Sabemos que para construir el erotismo no solamente hace falta el sentido del tacto. Todos ellos, o su privación, pueden hacer la velada todavía más excitante. Además las diferentes variantes de las duchas a presión y un acompañante que sabe tocar donde te gusta, hace que eleven tu experiencia sexual a otra dimensión. Si tu acompañante es tu pareja, además, puedes jugar con la iluminación, unas velas aromáticas y algo de alcohol. ¡A disfrutar de la relajación!