En el año 1974, la OMS definía la salud sexual como “la integración de los aspectos somáticos, afectivos, intelectuales y sociales del ente sexuado, de manera que se llegue a un enriquecimiento y a un desarrollo completo de la personalidad humana, de la comunicación y del amor”. Tener buenas experiencias sexuales y estar en harmonía con las zonas erógenas del cuerpo es tan o más importante que cepillarse los dientes antes de acostarse. Todo contribuye a un mayor estado de salud general y, en este caso, pasa por dosis frecuentes de excitación, algo que el cuerpo humano agradece con creces. ¿Cómo viven la excitación las masajistas eróticas de Masajes Shiva? ¿Qué hacen, cuando acuden a tu habitación de hotel?
Nuestro centro siempre ha considerado que la excitación se desarrolla tanto a partir de la estimulación corporal, como también psicológica. Caricias, movimientos y roces son realmente importantes, pero también la forma de llevarlo a cabo, la actitud y el carisma que cada masajistas aplica en el masaje erótico. Son los estímulos que ambos factores provocan en el cuerpo humano los que aumentan la tensión sexual entre actores. Si dichos estímulos son adecuados a la demanda de cada persona, la fase de excitación puede durar mucho menos tiempo. Pero, ¿a qué nos referimos exactamente cuando hablamos de estímulos?
La verdad, pueden ser tanto emocionales como fisiológicos. Al hablar de este término nos referimos a la imaginación o la fantasía (emocionales), pero también a todos aquellos estímulos que provienen de los sentidos (fisiológicos), especialmente los del tacto y los de la vista. La excitación aumenta buscando satisfacerse. Los besos, una palabra clave, contactos de piel… conduce el cuerpo a niveles cada vez más altos de excitación. La velocidad en la que se produce esta fase depende de cada persona y nadie puede establecer un mismo patrón. Incluso puede variar de cultura a cultura o de situación en situación.
La zona más sensible para el hombre son los genitales, mientras que la mujer se sensibiliza en zonas más alejadas, como el cuello, las orejas, muslos, nuca, pechos, etc. El contacto prematuro con sus genitales puede incluso molestarla y detener la excitación. Muchos son los hombres que creen que la misma sensibilidad que ellos poseen también la tienen las mujeres. Uno de los signos más evidentes de excitación en el varón es la erección y, de la mujer, la dilatación de las pequeñas arterias de las paredes de la vagina, que producen un líquido que lubrica la entrada del conducto vaginal.
Para disfrutar de un buen episodio sexual, uno de los mejores preliminares es recibir un masaje erótico por parte de nuestras chicos/as. Se desplazan a la habitación de tu hotel en Barcelona, realizan una sesión para parejas y, una vez finalizada, te dejan en intimidad para que puedas, si así lo deseas, aprovecha la excitación desatada.