En ocasiones, algunas personas confunden los términos sexualidad, erotismo y amor de forma inconsciente. Los utilizan a menudo como sinónimos y equiparan sus significados teóricos, haciéndose necesario precisar sobre estos conceptos. Según Bataille, la mera actividad sexual es diferente del erotismo; la primera se da en la vida animal, y tan sólo la vida humana muestra una actividad que determina, tal vez, un aspecto “diabólico” al cual conviene la denominación de erotismo”. Por otro lado y tal y como describe Paz, “el sexo es la raíz, el erotismo es el tallo y el amor la flor”.
Así pues, los teóricos clásicos del erotismo nos obligan a diferenciar entre estos tres términos. Podríamos afirmar que la sexualidad es el punto más físico y carnal del ejercicio amoroso, un acto en el que los sentidos son piedra angular y puente de comunicación primaria e instintiva, por medio de los cuales se logra una mágica fusión entre seres. El universo de la sexualidad es sumamente complejo, sin embargo, tiene límites claramente definidos: la corporiedad, la materia, la forma. Su sustrato biológico es la reproducción.
El erotismo, en cambio, se ubica en un nivel de comprensión distinto. Aunque no puede haber erotismo sin sexualidad, éste anula, desvía o niega la función biológica de la misma: la reproducción. El erotismo supedita la reproducción ante la imaginación, la fantasía, la invención y el placer incesante. Según Bataille, “toda la operación del erotismo tienen como fin alcanzar al ser en lo más íntimo, hasta el punto del desfallecimiento”. En un contexto erótico, además, es indispensable la presencia de otro cuerpo. La verdad, en el encuentro con otra persona comienza el juego erótico, a través de la visión del cuerpo deseado. Una concepción profunda que la sexualidad no incluye en su campo de entendimiento.
¿Y el amor? Según la mayoría de teóricos, el amor comienza con la mirada del otro, la persona que amamos. Al igual que el erotismo, el amor tiene como base lo físico a causa de la gravedad sexual, a causa del placer. Pero, por sí solo, su concepción va mucho más allá: es una forma de comunicación especial, de afecto, de libertad y de conocimiento de la otra persona. Es el erotismo continuo con fases de normalidad, de rutina y de hechos cotidianos. El amor es la convivencia afectiva por encima de lo carnal.
Aunque, como hemos visto, los tres términos tienen dimensiones completamente distintas, no pueden sobrevivir el uno al otro: no hay amor sin erotismo, ni erotismo sin sexualidad. A lo largo de tu vida, seguramente ya habrás experimentado la sexualidad y el amor. Pero, ¿y el erotismo? En Masajes Shiva tienes la oportunidad de conocerlo en primera persona: sin definiciones, sólo con actos. Contracta nuestro servicio de masajes eróticos en hotel y conócelo en tu clima más íntimo.