La ausencia del placer derivado de la actividad sexual podría provocar insomnio, aumentar los niveles de colesterol, alterar el humor y, además, conducir las parejas hasta la infidelidad. Recibir un masaje erótico podría convertirse en la solución más eficaz a todos estos aspectos, sobre todo si es realizado por una profesional en la comodidad de tu hotel. No es una fantasía: las masajistas eróticas de Masajes Shiva pueden desplazarse a tu habitación para conseguir que el viaje a Barcelona sea, además de turístico o empresarial, un pozo de intenso placer.
Numerosos estudios científicos han comprobado que mantener relaciones sexuales con cierta frecuencia, por ejemplo, una vez a la semana, influye de manera positiva en nuestro sistema, como es también el caso del masaje erótico en particular. Pero, ¿qué ocurre cuando no lo hacemos? Resumiendo, somos más propensos a sufrir insomnio y, entre más problemas que ya se han mencionado, a tener los niveles de colesterol más elevados.
Aunque en algunos casos se haya relacionado la longevidad vital con la castidad, el fenómeno no deja de ser una excepción que acaba confirmando la regla. De acuerdo con varias investigaciones realizadas en las más respetadas universidades de alrededor del mundo, una prolongada abstinencia sexual (traducida como falta de placer) podría tener los siguientes efectos:
- Las endorfinas (neurotransmisores conocidos como la molécula de la felicidad) son las principales hormonas que se liberan durante un encuentro íntimo. Éstas permiten aliviar ciertos dolores físicos y, además, son capaces de generar una sensación de bienestar. De este modo, la falta de placer estaría privando al sistema nervioso de un efecto analgésico natural.
- La actividad sexual, como también el masaje erótico, es uno de los mayores inductores de sueño. Así, la carencia de la misma podría suponer insomnio, que causaría baja concentración, peor humor, pérdida de reflejos y fatiga.
- Tanto la ausencia de encuentros íntimos como de ejercicio es fatal para los niveles de colesterol y, además, se pierde protección frente al riesgo cardíaco.
- La falta de placer puede generar frustración, ya sea a nivel individual o a nivel de pareja.
- En el caso de las mujeres, la situación puede generar sequedad vaginal y, como consecuencia, acabar en una atrofia vaginal. En el caso de los hombres, la ausencia de actividad sexual puede empeorar la salud de la próstata.
- En el sí de una pareja, la falta de encuentros íntimos provoca desequilibrios emocionales fuertes, infidelidades e incluso rupturas. Si uno de los dos miembros no está satisfecho, padecerá irritabilidad y sentimientos de rechazo.
- Por último, las personas que no experimentan placer frecuentemente presentan un sistema inmunológico más débil.